Exportaciones forestales, ¿crecimiento real o espejismo en tiempos turbulentos?

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Las exportaciones forestales chilenas alcanzaron los US $2.906 millones durante el primer semestre de 2024, un alza del 4,9% en comparación al mismo período del año anterior.

S
i bien a primera vista la cifra parece positiva, un análisis más profundo, revela un panorama más complejo para las empresas forestales chilenas, considerando la volatilidad del mercado internacional, la concentración de las exportaciones y el comportamiento de los precios.

La dependencia del mercado chino, que absorbe el 36,5% de las exportaciones totales, se convierte en un factor de riesgo en un contexto de desaceleración económica del gigante asiático. A esto se suma la inestabilidad generada por los conflictos geopolíticos, que impactan directamente en los costos de transporte y la demanda internacional.

Esta incertidumbre se refleja en el comportamiento de los precios. De los 15 productos forestales más exportados, que representan el 89,3% del valor total, 12 experimentaron una caída en sus precios promedios de exportación. La pulpa blanqueada de pino radiata, que constituye el 17,8% de las exportaciones totales, sufrió una caída del 13% en su precio. Incluso la pulpa blanqueada de eucalipto, que a nivel general aumentó su valor exportado en un 42,6%, se vio afectada por una baja del 4,8% en su precio, siendo el aumento del volumen exportado (49,8%) el único responsable de su desempeño positivo.

En este escenario, la gestión eficiente del riesgo cambiario se vuelve no solo deseable, sino indispensable. Por ejemplo, una fluctuación desfavorable del tipo de cambio del 5%, un escenario plausible en el clima actual puede significar para una empresa que exporta US$1 millón en pulpa de eucalipto a China una pérdida de US$50.000.

La capacidad de las empresas de mitigar el impacto de la volatilidad cambiaria, es un factor crítico, considerando que las exportaciones representan un porcentaje considerable de los ingresos del sector. A nivel global vemos que las empresas están cada vez más disciplinadas en su gestión de riesgo cambiario, implementando políticas que están acordadas por los distintos stakeholders (directorio, finanzas, área comercial) y que permiten reducir la volatilidad de los resultados de una forma metódica y consistente en el tiempo, dando visibilidad y capacidad de planificación financiera.

Los seis pasos fundamentales en el diseño de una política de gestión del riesgo cambiario que son práctica habitual en mercados desarrollados son:

1. Identificar: Los flujos de ingresos y egresos en cada divisa para establecer la exposición total y en función de la volatilidad cambiaria construir escenarios de riesgo durante el periodo presupuestario.

2. Establecer: el apetito por riesgo cambiario de la empresa, en función de (i) decidiendo qué porcentaje cubrir o dejar expuesto a mercado en función de los parámetros del negocio.

3. Diseñar: una estrategia de cobertura en función del porcentaje considerando plazos de cobertura y tiempos de ejecución.

4. Ejecutar: las coberturas en el mercado siguiendo una estrategia disciplinada de acuerdo a la política establecida.

5. Monitorear: el cumplimiento de la política en el día a día.

6. Revisar: en cada periodo el resultado de la política para discutir con los stakeholders y ver si ésta requiere de ajustes.

 

En un contexto global marcado por la incertidumbre, la gestión estratégica de las divisas se vuelve indispensable para el éxito. Un enfoque personalizado y un profundo conocimiento del mercado son fundamentales para convertir los desafíos en oportunidades de crecimiento sostenible.

 

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